1 de diciembre de 2013, 11:00
Profundidad: 21.8m
Temperatura: 15ºC
Tiempo de fondo: 33min
Aire: 15l -> 200bar - 100bar
Después de un tiempo en dique seco, en parte por poca disponibilidad y en parte por mala mar, por fin volvemos disfrutar de un día de buceo. En tierra estamos teniendo bajas temperaturas y lluvia ocasional, pero este domingo parece que el tiempo nos acompaña. Con 4ºC o 5ºC en superficie, los últimos informes hablan de 16ºC en el agua.
Hoy es el primer día que estreno mi nuevo traje seco. El Mares ProFit con manguitos de neopreno. Como muda interior llevo el Shark Skin, y el traje seco me cabe más o menos bien, pero como me de por engordar un poco me puede dar problemas. Los botines blandos del traje no me ajustan del todo bien porque parecen ser un poco más pequeños que mi pie. De todas formas puedo enfundarme los escarpines sin problema.
Ya con el equipo montado vamos hacia el barco el escaso grupo. Además de nosotros están Arantxa y Aitor con los que he coincidido algunas veces y otros dos hombres que me suenan de vista. A pesar del frío que hace estoy bastante bien con el Shark Skin, incluso navegando en el barco.
Ya en el punto el barquero (Jose Miguel) nos hace un briefing. No es una inmersión complicada ya que hay una serie de placas con las que es muy fácil tomar referencias. El mareo empieza aflorar a medida que nos vamos equipando y nos tiramos al agua en cuanto podemos. Vacío el BCE y..., cagada #26 he vuelto a calcular mal el lastre. Llevo 8Kg mas el cuchillo grande pero me cuesta descender. Esta cagada vale doble porque a estas alturas ta tenía que haber aprendido. Estaba seguro de que la última vez había bajado con 8Kg, pero no fue así. Cuando llego abajo mi ritmo de respiración es muy alto por el esfuerzo. Arantxa y Aitor, que son los que conocen bien la zona, ya se han marchado y están los otros dos buceadores tan perdidos como nosotros. Tomo referencia la costa que está al sur y le indico a Bea que vayamos rumbo oeste. Sobrepasamos unas cuantas lajas de forma trasversal y no vemos demasiada vida. Está todo muy pelado pero el entorno es muy bonito y la visibilidad no es muy baja. Al cabo de un rato decidimos volver y Bea se cabrea porque ha perdido el rumbo y no le resulta fácil orientarse con la brújula electrónica del ordenador. Esta brújula puede estar bien de repuesto, pero es bastante incómoda de manejar como primera opción. Le indico a Bea rumbo Este, aunque no estoy del todo convencido ya que a la ida hemos dado algún rodeo que otro. Al cabo de un rato Bea me hace señales para que echemos la boya y emerjamos. Estamos a unos 12m y mi poca flotabilidad me pasa factura. Intento agarrarme a algún saliente pero entre la poca flotabilidad y la mar de fondo me cuesta bastante. Bea tiene problemas con la boya ya que se le ha soltado el cabo y el frío le impide enhebrar. Intento ayudarla y poco a poco vamos subiendo aún teniendo en mi caso el chaleco y el traje completamente vacíos. Al final conseguimos echar la boya y subir.
Pare ser que tampoco andábamos muy lejos del barco. Serán unos setenta metros en dirección sureste, lo que quiere decir que nos hemos pasado un pelín de largo. Me quito el regulador par hablar con Bea y una ola un poco más alta de lo normal me hace pegar un buen trago de agua. De camino al barco ese trago de agua me pasa factura y acabo vomitando. Durante el trayecto de vuelta, a diferencia de otras veces, me cuesta recuperarme un poco más de lo normal. El frió, el agua y el mareo me provocan un dolor de cabeza enorme. Bueno, un trago de la bota de vino, unos cacahuetes y todo arreglado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario