lunes, 12 de agosto de 2013

Inmersión #6: La noche me cofunde


Draginsub Microlitium 3R
Para la segunda inmersión del curso avanzado decidí realizar una inmersión nocturna. Como no, el sitio elegido fue la cala de los frailes. Es bueno planificar las inmersiones nocturnas en sitios que se conozcan, sobre todo con poca experiencia.

A parte del material estándar, nos equipamos con dos focos. A mí me toca como principal un Dragonsub de 3 leds. Es chiquito pero matón, da más luz y más clara que los grandes focos de mis compañeros. Bea lleva el mismo modelo pero de 8 leds, un pepinazo. Como secundaria llevo una linterna pequeña con una luz estroboscópica extra.

El instructor que nos acompaña hoy es Eneko, el hermano de Miren. Después del repaso de conocimientos nos preparamos y vamos al barco. Somos 4 aspirantes a avanzado, Eneko y Bea. También nos acompaña Miren para prestar asistencia desde el barco.

Las consideraciones para una inmersión nocturna no son muy complejas si se aplica el sentido común:

-       Bucear en sitios conocidos o explorarlos de día si  es posible. Usar buenos guías en su defecto.
-       Montar el equipo antes del anochecer.
-       Comer bien.
-       Señalización. Luces químicas en la grifería o en el cabo de descenso facilitan la inmersión.
-       A parte del foco principal debe llevarse uno de repuesto y habrá que terminar la inmersión en caso de perder la luz principal.
-       Mantener la luz encendida al saltar al agua para poder localizar el foco en caso de pérdida.

Una vez en el sitio nos equipamos y vamos al agua. La temperatura del aire es de unos 19ºC. Se agradece un poco de fresco después de unas semanas a mas de 30ºC. La temperatura del agua también es buena.

Realizamos el control y nos sumergimos. Cagada #9, no me he afeitado y las gafas se me inundan de agua constantemente. Durante los 10 primeros minutos no veo un carajo y me paso todo el trayecto limpiando las gafas. Llegamos a un punto con 2m de profundidad y Bea me saca a superficie mientras el grupo espera. Miren nos pregunta, a lo lejos desde el barco, si todo va bien. Tengo el ojo derecho como una pelota de ping pong y veo borroso con él. Bea me pregunta si abortamos la inmersión y yo decido seguir ya que puedo aguantar bien y no es una inmersión muy profunda.

La inmersión continúa siendo incómoda como al principio, a pesar de que intento relajarme. El color anaranjado de las grandes estrellas de mar se ve genial por la noche. Voy controlando el aire pero me paso de los 50 bar sin avisar a Bea, cagada #10. Con el estrés de las gafas me he chupado la botella en 30 min. Bea me lleva a superficie después de indicar a mi compañero Bosco, que se quede con el grupo. Eneko sube también y se vuelve a marchar con el grupo mientras nadamos en superficie hacia el barco. La inmersión no ha podido ir peor y me he quedado con las ganas de hacer una nocturna en condiciones. La repetiré cuando pueda.

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