viernes, 16 de agosto de 2013

Inmersiones #10 y #11: las cuevas

Un lenguado cualquiera
Hoy viernes apunté a una salida doble que había organizado Marimar. Como no había gente suficiente ayer se canceló y Miren me dijo que podía apuntarme a las normales por la mañana o por la tarde. Al despedirnos ayer por la tarde me dijo que fuera puntual sobre las 8:00 para salir a las 9:00.

Hoy he llegado pronto y Aitor me me mira raro. Pues resulta que ayer nos liamos con las horas y la salida es a las 11:00. Hoy a las 9:00 solo hay dos franceses para un bautismo. Aitor y Miren se portan genial y me ofrecen acompañar a los bautismos a los Frailes y luego realizar mi salida con el resto de la gente, así que preparo mi equipo con una botella extra. Una de 12l para los frailes será suficiente y una de 15l para la inmersión de las cuevas.

Eneko y Gabi irán con los franceses, un padre y un hijo. Gabi y yo esperamos en el agua mientras Eneko ayuda a los franceses. Hoy he decidido quitarme un poco de lastre para ir viendo cual es mi medida. Llevo 5,5Kg y no son suficientes para lastrarme y poder bajar. Como la flotabilidad positiva que tengo es muy poca, Gabi me aconseja bajar aleteando ya que el remanente de aire del chaleco reducirá su volumen con la profundidad haciéndome perder algo de flotabilidad. A 7m me mantengo bien y estoy en neutra. Mientras Gabi y Eneko se ocupan de sus clientes yo buceo para mi, probando y experimentando con la flotabilidad. Intento poner en prácticas los consejos sobre respiración que Iñigo me dio ayer. Respiraciones normales sin aspirar fuerte. Parece que funciona pero necesito más práctica.

Eneko le enseña al hijo como los erizos se entierran en la arena. El chaval va muy bien, casi solo. Al cabo de un rato me despisto de Eneko y solo veo a Gabi con el padre. Como el francés está sin aire me subo con ellos por no quedarme solo, aunque me quedan 110 bar.

Volvemos a Hondarribia y cambiamos de barco ya que el motor hacía un ruido raro al arrancar. Los buceadores que han llegado a su hora y yo embarcamos en una semirígida roja. Somos 6 mas Eneko y Gabi. Iremos a una inmersión llamada las cuevas por motivos obvios. Gabi arranca y casi salimos todos volando por los aires. Por lo visto, el motor es muy sensible al acelerar. Cuando llegamos al waypoint y anclamos, el cielo está parcialmente nuboso, hace un poco de frío y algo de movimiento en la superficie. Mi compañera será la única chica del grupo. Espero controlarme con la respiración y no chafarle la inmersión a nadie. Llevo 2 Kg más de lastre para compensar.

Bajamos a 15m en una especie de ágora formada por rocas y corales rojos. Intento ponerme en neutra, pero de esos 2Kg me sobra algo. Ahora con 7,5 Kg voy sobre lastrado. Buceamos a través de unos cañones y como hay un mar de fondo muy suave, me voy pegando con los laterales, cagada #17. Bajamos a 20m y Eneko nos lleva por una cueva y con su foco nos señala un lenguado que está durmiendo sobre una roca. El lenguado ni se inmuta mientras el resto del grupo lo iluminan y le hacen fotos. Aquí hay termoclina y el agua está más fría. Le indico a Eneko que estoy a 100 bar y cuando ascendemos a 15m fuera de la cueva me fijo que estoy a 150 bar, cagada #18. Realizamos el resto de la inmersión por los cañones y las rocas. Casi la mitad de la inmersión la he dedicado a inflar el chaleco tratando de buscar flotabilidad porque cada vez que dejo de aletear caigo a plomo. Esto, sumado a que llevo las aletas largas de Bea hace que vaya removiendo el fondo, cagada #19. Si me ve Iñigo me mata. La verdad que las aletas, unas Cressi Master Frog, van como un tiro. Con 50 bar aviso a Eneko y vamos hacia el ágora de piedras para subir. Mi compañera va igual de aire. Eneko no encuentra el cabo del ancla, así que saca la boya mientras hacemos la parada de seguridad. Estamos a unos 60m del barco y toca nadar.

Durante la primera inmersión de la mañana Gabi se acuerda de que ayer acabé el avanzado y me pregunta: ¿que tal, como te sientes al ser avanzado?. Me sorprendo a mi mismo cuando le contesto rápidamente que nada en especial. Supongo que le habré dicho eso porque todavía tengo muchas cosas por aprender. La verdad es que me siento como si hubiera conseguido dar un paso muy pequeño en un camino muy, muy largo. Gabi me da un buen consejo no solo relacionado con el buceo y que siempre he tenido en mente: que nunca deje de aprender, el siendo instructor aprende de sus alumnos todos los días.

¿Que se siente al ser avanzado?, en mi caso unas ganas terribles de seguir aprendiendo.

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